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Teología de la Liberación

1. Definición

La teoría de la liberación (TdL) surge en la década de 1960 como un movimiento teológico latinoamericano, cuyo núcleo fundamental es la “opción por los pobres”. Usa el método de la sociología en lugar del filosófico. El Concilio Vaticano II (1963-1965) y la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) (1968) son antecedentes cruciales para la TdL pues ambos plantean desde una perspectiva oficial de la iglesia católica la importancia de que la iglesia se abra al “mundo”, incentivándola a “inculturarse” en las diversas culturas; a hablar el “idioma” de los pueblos para una mejor comunicación del Evangelio. En la TdL participan sobre todo profesionales de la teología, pastores, religiosos y religiosas católicos y en algunos casos protestantes. A pesar de ser un movimiento en general minoritario, la TdL se destaca por la gran fuerza del discurso para contextualizar la fe. Importante para TdL es su método: Ver – Juzgar y Actuar que se usa para el análisis de la realidad. Ver es la precomprensión del fenómeno que se lo hace usando las ciencias sociales. Juzgar es ir a la Sagradas Escrituras con las preguntas derivadas del ver. Y, finalmente, actuar es la práctica pastoral, así se evita quedarse únicamente en la “teoría”. El elemento de la praxis en esta teología es fundamental. De este método se desprende una importante aportación para el desarrollo se las Ciencias Bíblicas, donde ahora no solo se extraen respuestas del texto (exégesis), sino se entra con preguntas al mismo (eiségesis) desde las problemáticas particulares de un continente en formación de sus identidades. Un elemento esencial de TdL es su trabajo con las llamadas “Comunidades Eclesiales de Base” que primaron sobre todo en Brasil. Ellas consisten en grupos de reflexión y de vivencias comunes, sus integrantes se identifican entre ellos, como personas creyentes en primer lugar y que “sufren” vicisitudes parecidas, sobre todo en asuntos socioeconómicos, pero que tienen incidencia en la parte “espiritual”. Se reúnen para encontrar esperanzas entre todos y celebrar la palabra de Dios. Existieron esas comunidades en distintas partes: México, Chile, El Salvador, Guatemala, Perú, Nicaragua, principalmente. Dos nombres importantes son: J. Severino Croatto (1984) y Elsa Tamez (1993). Su principal argumento es que “hablara” el mismo “pobre” y que él mismo hiciera la teología. Sin embargo, dada la estructura socio-económica de la segunda mitad del siglo XX, las transformaciones culturales, la TdL tiene problemas para alcanzar escenarios más amplios de divulgación y aceptación de sus planteamientos. Por ello la TdL se limita a ser un lenguaje académico y pastoral.

2. Historia del término

La TdL surge en la década de los sesenta del siglo XX. El término es utilizado por primera vez por Rubem Alves (1975), cuando escribió su tesis: Towards a theology of liberation an exploration of the encounter between the languages of humanistic messianism and messianic humanism. También el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez (1975) escribe en esa misma década su: Teología de la Liberación: perspectivas. Desde allí comienza a usarse el término. Luego, lo adoptan otros teólogos del continente, que ven en esos ejemplos un método para hacer teología contextual desde América Latina, hecho sobresaliente pues la TdL es una teoría propia de América Latina, con el cual se pretende responder a los procesos sociales que están pasando en un continente marcado por la dependencia económica, social y cultural.

Los aportes de la Teoría de la Dependencia que surge en ese tiempo igualmente influyen en la TdL. Así, frente a la dependencia, se postula la “liberación como acción de los pueblos, desde la “base”. Gutiérrez propone así el concepto de “liberación” en lugar del concepto de “desarrollo”. Para él, el concepto de desarrollo y sus implicaciones teóricas y prácticas no son realistas dado que la “dependencia” de América Latina es “estructural”. Por esta razón, para Guiterrez (1975) no puede haber desarrollo sin que antes se produzca una “liberación”. En el caso de Rubem Alves, se refiere más a un plano de la liberación de la “persona”, que después apunta a una visión mucho más amplia que la de Gutiérrez; es la emancipación de la humanidad: un humanismo. Este énfasis en la liberación denota muy bien la originalidad de la TdL, especialmente si se toma en cuenta que Alves está pensando desde los EEUU, en aquel tiempo el centro del poder económico y militar a nivel mundial, y lugar donde cursó su doctorado en Filosofía.

Hay diferentes teólogos que pueden ser considerados iconos en sus países en este tema, por nombrar algunos y sus escritos al respecto: Hugo Assmann (1971), los hermanos Leonardo y Clodovis Boff (1986) en el Brasil; Juan José Girardi en Guatemala; Jon Sobrino e Ignacio Ellacuria (1990) en El Salvador; Juan Luis Segundo (1975) en Uruguay así como mujeres como Ivone Gebara (1989) en Brasil o Elsa Tamez (1993) en México, entre muchas otras personas que se adhirieron a este movimiento. La TdL si bien es elaborada por numerosos autores en diversos lugares, su núcleo centrado en la opción de los pobres se entiende de un modo parecido en distintas partes del continente y es difundido en círculos cristianos comprometidos con una opción social. El marcado discurso teológico focalizado en la cuestión social de los pobres hace que la TdL sea vinculado por sus detractores sin más a un movimiento político afín al “comunismo” ortodoxo, al marxismo ateo y parecidos. Por eso las diferentes administraciones de los EEUU que han tenido y tienen influencias en gobiernos latinoamericanos la han condenado y perseguido sistemáticamente durante la Guerra Fría. Para estos gobiernos, la TdL se presenta como una “ideología peligrosa” que no debe propagarse, especialmente durante las décadas del setenta y ochenta. Así pasa en El Salvador donde sacerdotes católicos ligados a la TdL son asesinados durante la guerra civil y en Guatemala tal como lo refleja el testimonio de la activista maya Rigoberta Menchú, ganadora del Premio Nobel de la Paz (1992).

Por último, cabe destacar que paralelos a la TdL surge una Filosofía de la Liberación y la literatura latinoamericana conocida como el “boom”. En torno a estas corrientes académicas y artísticas está presente la difícil realidad de América Latina durante la segunda mitad del siglo XX, la cual se procura representar y/o reflexionar de manera crítica. Ideas principales se reflejan además en perspectivas llamadas “decolonizantes“, para las que le TdL es una de las precursoras centrales, e.g. E. Dussel (2016), A. Quijano (2000), F. Coronil (1996), W. Migonolo (2002), R. Grosfoguel y Catro-Gomez 2007, C. Walsh (2000)

3. Relevancia empírica de la TdL

La TdL presenta una reinterpretación de la historia, desde la “periferia” del planeta. Desde el “reverso de la historia” (Gutiérrez 1975). Se abre una perspectiva de análisis que después contribuirá al pensamiento de la “descolonización”. Esto implica realizar una crítica a toda la “herencia” de la modernidad. Si bien es cierto no es posible una “desconexión” total, se puede replantear los paradigmas sociales, económicos, políticos o educativos, buscando formas desde la propia identidad latinoamericana, lo cual también resulta problemático porque aún hay que saber qué es esa “identidad” o identidades. No obstante, se está seguro que se fragua una “manera de ser” distinta que no tiene que ver necesariamente con el “Occidente” (Coronil, 1996). El filósofo y teólogo de la liberación Enrique Dussel (2016) habla de una “transmodernidad” donde se conectan los mejores aportes de las culturas y sociedades en el mundo de una manera crítica y en la perspectiva de la afirmación de la vida humana concreta y en comunidad.

En otras palabras, la TdL es un paso importante para generar teorías y prácticas emancipatorias en América Latina y el Caribe. Desde la “opción por el pobre”, con el avance en el reconocimiento de derechos van surgiendo nuevos “sujetos de la historia”: mujeres, jóvenes, pueblos originarios, homosexuales, lesbianas, la misma Madre Tierra. De ahí que pueda argumentarse que la TdL ha sido el germen de una irrupción histórica que marca hasta ahora las teorías sociales del continente y las posiciones políticas. Por ejemplo, muchos teólogos de la liberación impulsaron a dirigentes indígenas. Está presente el paradigma que mueve a los pueblos originarios, como lo es el Buen Vivir o Suma Qamaña en aymara o el Allin Kawsay quichua en Ecuador, por nombrar casos destacables en la política regional. En esa dirección hay que destacar las batallas políticas entre los “progresismos” y los “conservadurismos” actualmente. Pero hay un impulso desde la base social. Uno de los iniciadores de una “teología india” de la liberación desde el continente es el aporte de Eleazar López Hernández (2000). Asimismo, en Paraguay está la teóloga Graciela Chamorro (2004) con su obra “Teología Guaraní”. A pesar de las críticas, sigue siendo un paradigma a abordar y profundizar. Además, en este marco se reclama los derechos no solo de los seres humanos, sino asimismo de la Tierra y el Agua, considerados “sujetos de derechos.”

Otro ejemplo tiene que ver con los movimientos feministas comunitarios (para diferenciarlos de otros venidos de occidente), que es un cambio profundo a todas las estructuras de las sociedades “patriarcales”, individualistas. Esto corta críticamente todas las capas de las sociedades y las instituciones. Es necesario un cambio de todo, así de la política, las relaciones socio-económicas, los símbolos religiosos. Teólogas de la liberación clásicas como Ivone Gebara (1989) y Elsa Tamez (1993) han aportado en esta dirección en América Latina. Por otro lado, un ejemplo de la teología “gay” liberadora es el trabajo de André Muskopf (2005) en el Brasil. Que recoge una reivindicación que también entra en la agenda de la “emancipación” de la “sexodiversidad”. Muskopf lo teoriza y da a conocer el tema en el concierto teológico latinoamericano.

Otro tema relevante también de la TdL es la articulación teología y economía, donde destacan los aportes del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI), principalmente las figuras de Franz Hinkelammert (1984) y Hugo Assmann (1971), entre otros. La TdL, aunque no solo ella, sino también la Teoría de la Dependencia, la Filosofía de la Liberación y otros movimientos intelectuales o sociales, participan de todo el pensamiento crítico que hoy en día está presente para replantear el futuro de la región y abrir caminos teóricos y prácticos para “superar” la condición de ser una periferia capitalista excluida y fundar nuevas sociedades “plurales”.

4. Debate y apreciación de la crítica

Los mismos teólogos de la liberación reconocieron la propia contextualidad de su “teología”. Es decir, no tenía en cuanto a su contenido social una pretensión de universalidad. La categoría “pobre” es socioeconómica y se debe ir más allá de ella para mostrar la complejidad del ser humano ciertamente postergado del continente. Quizás hablar de “vulnerabilidad” puede ser más amplio. Además, se enfatiza no solo en la “pobreza material”, sino también “espiritual”.

Otro concepto a criticar por sus límites es la concepción del “Reino de Dios” que es en realidad teológico y no puede ser llevado como una meta factible de la construcción histórica. En este sentido se habla más de una utopía, que impulsa las luchas sociales, que guarda un nivel simbólico movilizador, que inspira a varios movimientos, actores, y otras “teorías” / perspectivas. Por ejemplo, la “opción por los pobres”, como declaraban los teólogos de la liberación será revalorada después como un punto de partida en el pensamiento descolonizador, en la ética, en un humanismo latinoamericano.

Por último, la misma mirada de sus impulsadores tiene distintos sesgos debido a que la mayoría de sus representantes son “varones”, “blancos”, con cierto poder derivado de su posición social como eclesiásticos o académicos, entre otras razones. Y los mismos autores y autoras de la TdL son conscientes de estos aspectos. De ahí que surja un desarrollo más bien de modo diferenciado en varios lugares, el cual es elaborado por “nuevos sujetos”, más concretos y pertenecientes a comunidades específicas. Así se estudia un “cristianismo de la liberación” ubicado en un lugar determinado.

Juan Jacobo Tancara

Please cite as:
Tancara, Juan Jacobo. 2021. “Teología de la Liberación.” InterAmerican Wiki: Terms - Concepts - Critical Perspectives. https://uni-bielefeld.de/einrichtungen/cias/wiki/t/teologia/index.xml.

5. Bibliografía consultada

Alves, Rubem. 1975 [1972]. Hijos del mañana. Imaginación, creatividad y renacimiento cultural.

Trad. del inglés por Juan José Coy. Salamanca: Sígueme.

Assmann, Hugo. 1971. Opresión – Liberación. Desafío a los cristianos. Montevideo: Tierra Nueva. 

Boff, Leonardo y Boff, Clodovis. 1986. Cómo hacer teología de la liberación. Trad. del portugués por Eloy Requena Calvo. Madrid: Paulinas.

Coronil, Fernando. 1996. “Beyond Occidentalism. Toward Nonimperial Geohistorical Categories”, Cultural Anthropology, 11 (1), 1996, 51-87

Chamorro, Graciela. 2004. Teología Guaraní. Quito: Abya-Yala.

Croatto, J. Severino. 1984. Liberación y libertad. Lima: CEP.

Dussel, Enrique. 2016. Filosofías del Sur: Descolonización y Transmodernidad. México: Akal.

Ellacuría, Ignacio y Sobrino, Jon (editores). 1990. Mysterium liberationis: conceptos fundamentales de la teología de la liberación. Madrid: Trotta.

Gebara, Ivone. 1989. Intuiciones ecofeministas: ensayos para repensar el conocimiento y la religión. Madrid:  Trotta.

Grosfoguel, Ramón Santiago Castro-Gomez. 2007. El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global). Bogotá: Siglo del Hombre Editores

Gutiérrez, Gustavo. 1975 [1971]. Teología de la liberación: perspectivas. Salamanca: Sígueme, 7 a Ed.

Hinkelammert, Franz J. 1984. Crítica a la razón utópica. San José: DEI.

López Hernández, Eleazar. 2000. Teología India. Antología. Cochabamba: UCB / Guadalupe / Verbo Divino.

Migonolo, Walter, 2002. Historias locales / diseños globales. Colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo. Madrid: Akal.

Musskopf, André. 2005. Uma brecha no armario: propostas para uma Teologia Gay. São Leopoldo: CEB.

Quijano, Aníbal. 2000. Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina. En Lander, Edgardo (comp.) La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.

Segundo, Juan Luis. 1975. Liberación de la teología. Buenos Aires: Carlos Lohlé.

Tamayo, Juan-José y Bosch, Juan (editores). 2001. Panorama de la teología latinoamericana. Cuando vida y pensamientos son inseparables... Estella (Navarra): Verbo Divino.

Tamez, Elsa. 1993. Contra toda condena: la justificación por la fe desde los excluídos. San José: DEI.

Walsh, Catherine. 2018. Decoloniality in/as praxis. En Mignolo, Walter y Walsh, Catherine. On Decoloniality. Concepts, Analytics, Praxi. Durham and Londo: Duke University Press.


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